Breves reflexiones en torno a una obra impresa y carente de pies de foto, motivo de errores involuntarios para quien la consulta. Acompañadas de dos apéndices biográficos unidos a la ciudad de Tequila (Jalisco, México) y a la bebida tequila.
I.- El Retrato
Una prolongación directa de la memoria –nos dice François Dosse– es el retrato...
Así, es menester de todo biógrafo el preservar la memoria de los hechos acontecidos a la vida de la persona en estudio a través de las palabras.
Adicionalmente, si ésta se ilustra con una o más imágenes, entonces, aquél retrato se completa ya que no sólo las palabras, sino que ahora, la combinación de figuras, formas y colores complementan aquella prolongación de la memoria.
«Retratos de Antaño» (1895) por el Pbro. Luis Coloma S.J. (1851-1915) es un magnífico ejemplo donde las palabras esbozan la memoria de los diversos personajes que van eslabonados a través de una narración histórica en estilo periodístico.
II.- La importancia del «pie de foto»
Por casualidad hemos topado con una interesante página de Facebook denominada «Investigaciones Históricas de Tequila»,[1] en la que se busca promover la memoria de aquella comarca que dio nombre a una bebida espirituosa producida en el actual occidente mexicano desde los primeros tiempos del otrora Reino de Nueva Galicia (Virreinato de Nueva España), actual Estado de Jalisco en la República Mexicana.
Un buen esfuerzo que busca rescatar la memoria de las personas y los hechos que forjaron a la región de Tequila al través del tiempo.
La simple mención de la palabra tequila es una invitación a un estado de ánimo que conjuga brindis, celebración, alegría, fiesta...
Hoy el tequila es el mejor embajador de México a lo largo y ancho de nuestro esférico mundo.
Revisando las diversas entradas en la página antes citada, hallamos una de fecha 27 de Enero de 2020 en la que se hace una breve biografía respecto de Emiliano Rojas López[2] y su participación en la defensa de Tequila en el sitio e intento de toma que, en 1873, lideró el caudillo nayarita Manuel Lozada el Tigre de Álica (1828-1873) en su camino durante una campaña que tuvo por objeto el tomar la ciudad capital del Estado de Jalisco, Guadalajara (ver Figura 1).
Figura 1:
Foto de pantalla de la página «Investigaciones Históricas de Tequila» donde se publica una imagen que, teóricamente, corresponde a la biografía de Emiliano Rojas López.[2]
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Una confusión ha hecho al autor de esta entrada, Humberto Muñiz Mercado, adjuntar una fotografía que supuestamente pertenece al personaje biografiado, es decir, Emiliano Rojas López, cuando en realidad la imagen no corresponde a éste, ya que el retrato presentado por la citada página de Facebook, verdaderamente corresponde a Ricardo Lancaster-Jones (1831-1922).
Nuestro particular interés respecto del tequila y de la zona de Tequila es precisamente gracias al personaje que aparece en dicha foto, Ricardo Lancaster-Jones, quien estuvo vinculado no sólo a la producción de la bebida tequila sino que además, tuvo una residencia justamente en Tequila, y del cual, hablaremos más adelante.
La imagen publicada por «Investigaciones Históricas de Tequila» no lleva referencia alguna de su procedencia; sin embargo, por las características que visualmente se aprecian, podemos afirmar que ha sido tomada una obra de Gabriel Agraz García de Alba (1926-2009) que, publicada en 1997, hace mención a la defensa de Tequila durante el intento de asalto de Lozada.
Lo anterior se demuestra mediante esta foto que adjuntamos, tomada de la página 23 de la obra de Agraz (ver Figura 2), publicada bajo el título «Quienes resistieron al sanguinario Tigre de Álica en Tequila...».[3]
La comparación de las figuras 1 y 2 del presente, comprueban que la imagen publicada en la página de «Investigaciones Históricas de Tequila» no corresponde a Emiliano Rojas López (ver Figura 1), y, por el contrario, pertenece al antes citado Ricardo Lancaster-Jones. El mismo Gabriel Agraz le cita a Lancaster-Jones en la misma página 23 unas líneas abajo de la figura adjunta en su obra (ver figuras 2 y 3).
Otra referencia al retrato de Ricardo Lancaster-Jones –además de la obra de Agraz– se halla actualmente en colección particular (misma que hoy publicamos con la debida autorización) y, coincidentemente, es el detalle del rostro de la misma foto publicada por Agraz (foto que a su vez, como ya se explicó, ha sido tomada de la obra de Agraz por «Investigaciones Históricas de Tequila» con objeto de ilustrar su entrada biográfica en relación a Emiliano Rojas). Misma foto que se presenta enmarcada en un óvalo de latón dorado, y que en su momento formó parte de la galería de retratos familiares de uno de los nietos del mismo Ricardo Lancaster-Jones (ver Figura 3).
Figura 3:
Retrato de Ricardo Lancaster-Jones (detalle de la misma imagen publicada en la antes mencionada obra de Gabriel Agraz), colección particular.
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La confusión radica en que el buen Gabriel Agraz omitía (evitaba poner) los tradicionales pies de foto a las imágenes incluidas en sus publicaciones (ver Figura 2), lo cual, puede provocar confusión al lector por no saber a quién o a qué pertenece la imagen en cuestión –como de hecho ha sucedido–. Alguna vez se lo hicimos notar, y su respuesta fue tajante: ¡Así es mi estilo!
Además de sus méritos en los campos de Heródoto, Gabriel Agraz también incursionó en los medios editoriales: compró una imprenta y todo el equipo para la publicación de las obras impresas que él mismo escribía, y de esta manera, la gran mayoría de sus folletos y libros salieron directamente de su propio taller de impresión. Agraz siempre se definió como «autodidacta» y esta característica también la llevó al diseño editorial, la edición y la producción de sus propias publicaciones.
El error involuntario al que se incurrió en la página «Investigaciones Históricas de Tequila» nos lleva a pensar si, desde el punto de vista editorial, las obras de Gabriel Agraz se pudiesen catalogar dentro del tipo naive, es decir, con un diseño editorial simple, ingenuo, inocente...
En conclusión: la confusión que da origen a estas notas, es la mejor prueba de que, en efecto, el poner un pie de foto bajo la imagen es siempre lo más recomendable.
Es así que reproducimos una muy sencilla definición de lo que es un «pie de foto» y su misión fundamental:
El pie de foto es un texto que aparece dispuesto siempre en el borde inferior de una imagen, recurrentemente, sobre impuesto a la misma, cuya misión fundamental es la de aportar al lector información específica sobre la fotografía en cuestión.[4]
III.- Apéndices biográficos sobre el tema, vinculados a Tequila y al tequila
Finalmente –ya entrados en el tema– agregamos dos breves anotaciones biográficas de los personajes antes citados: A) Emiliano Rojas López (personaje biografiado por la página «Investigaciones Históricas de Tequila»), y B) Ricardo Lancaster-Jones (persona a quien pertenece la foto erróneamente adjunta a la biografía de Emiliano Rojas y publicada por la ya citada página):
III A) Emiliano Rojas, héroe de la Defensa de Tequila
El héroe de la nota biográfica realizada por la página «Investigaciones Históricas de Tequila»: Emiliano Rojas López, nació en Guadalajara, el 22 de Mayo de 1842, hijo del reconocido empresario tequilero Vicente Rojas Jiménez (1790-1868), y de su cuarta esposa María Máxima López Núñez (ver Diagrama I); recibió el bautismo en el Sagrario Metropolitano de aquella ciudad el siguiente día 24, de manos del Pbro. Juan Nepomuceno Gudiño, Teniente de Cura de aquella parroquia, con los nombres de José Emiliano de la Santísima Trinidad. Acto apadrinado por el primo-hermano de su padre, Nicolás Rojas Rivera (quien junto con éste, fue cofundador de la hoy día famosa taberna «La Rojeña», de la que pasado el tiempo, Vicente quedará como único dueño), y su esposa María del Rosario Topete Aguayo de Rojas.
Diagrama I: Ascendencia de Emiliano Rojas López.[5] |
Vicente Rojas Jiménez murió en Guadalajara el 10 de Enero de 1868 y, a través de las fojas de su Juicio Sucesorio Testamentario, hemos llegado a saber que su prestigio como productor y comercializador del entonces vino mezcal elaborado en la comarca de Tequila estaba sólidamente cimentado en una agroindustria que tenía como base más de tres millones de plantas de maguey (agave) sembradas en sus tierras...[6]
Para entender el despunte de la Región de Tequila en lo que respecta a la producción y venta del vino mezcal (hoy tequila), tenemos que remontarnos a la segunda mitad del Siglo XVIII y a la creación del Puerto-Astillero de San Blas (actual Nayarit) en el Occidente del Reino de Nueva Galicia.
San Blas fue punto de partida para las expediciones que salieron hacia el Pacífico Norte: las Californias (Alta y Baja) y las actuales Columbia Británica y Alaska; y punto de escala de la célebre Nao de la China... Así, se estableció un corredor comercial que partiendo desde San Blas, continuaba por Tepic, seguía por Tequila y concluía en Guadalajara.
Otro factor de importancia que benefició enormemente esta ruta fue el descubrimiento de los ricos minerales de Bolaños (Jalisco), y es entonces que, las actividades económicas tienen aumentos sin precedentes dando un importante desarrollo a esta parte del entonces Virreinato de Nueva España.
Ya en el México independiente y luego de la Guerra de Intervención Norteamericana, las primeras exportaciones del vino mezcal de Tequila salieron desde San Blas con destino a la Alta California, pues ahora, la «Fiebre del Oro» motivó una importante demanda de un producto que pronto compitió con el whiskey que aún se transportaba desde la Costa Este de los Estados Unidos a través de un largo viaje marítimo que daba la vuelta al Continente Americano por la Tierra del Fuego...[7]
Habiendo casado cuatro veces, tuvo Vicente Rojas un total de veinte hijos, algunos de los cuales, ya habían fallecido al tiempo de su deceso.[8]
La continuidad en el negocio familiar hizo a sus descendientes estar vinculados con Tequila y con la elaboración y venta del vino mezcal de «La Rojeña» por unos años más.
Para el caso que nos ocupa, no es de extrañar que su hijo (protagonista de estas líneas) Emiliano Rojas López radicara indistintamente entre la entonces villa de Tequila y la ciudad de Guadalajara.
Cinco años y once días después del fallecimiento de Vicente Rojas, el 21 de Enero de 1873, la entonces Villa de Tequila se halló bajo la amenaza del movimiento armado encabezado por Manuel Lozada el Tigre de Álica (1828–1873), quien avanzaba desde las actuales tierras nayaritas con rumbo de la ciudad de Guadalajara, capital del Estado Libre y Soberano de Jalisco.
Como ya lo hemos mencionado, la ruta comprendida en el corredor comercial Guadalajara – Tequila – Tepic – Puerto de San Blas había sido un factor detonante (de ida y vuelta) para que el vino mezcal que se produjo dentro del Valle de Tequila creciera en su distribución y por ende, en la preferencia de los consumidores de entonces; causa que más tarde dará como efecto que al vino mezcal de Tequila, se le llame «vino tequila» y más tarde, simplemente «tequila» (como se denomina actualmente).
Es por ello que para 1873 Tequila se ha convertido en una importante y rica pieza para el tablero geopolítico de los movimientos armados en el Occidente de México. Lozada entonces, avanzó hacia Tequila...
Y aquí es donde Emiliano Rojas aparece en escena, ya que es comisionado por el Coronel Sixto Luis Gorjón Cortés, entonces Jefe Político de Tequila (1872-1875), para ir a Guadalajara y dar aviso al General Ramón Corona Madrigal (1837-1889), quien entonces comandaba el Ejército de Occidente, y era un célebre y respetado militar ya que había participado en la defensa de la República, siendo éste, quien recibió la espada del Emperador Maximiliano de Habsburgo (1832-1867) en señal de rendición ante la victoria de las armas republicanas en el Sitio de Querétaro el 15 de Mayo de 1867.
Emiliano Rojas cumplió su misión, entregó el mensaje a Corona y volvió a Tequila para incorporarse al grupo de defensores que harían frente a la amenaza del contingente de Lozada.
Entre las narraciones que escuchamos desde la niñez, hoy recordamos aquella que decía más o menos así:
Don Vicente Rojas tuvo tantos hijos y nietos, que su pura prole fue buena oposición a Lozada cuando atacó Tequila.
Lo cierto es que su hijo Emiliano Rojas formó parte del grupo de defensores de Tequila cuando finalmente arribaron las fuerzas Lozadistas. El asalto a dicha plaza comenzó la mañana del siguiente 24 de Enero de 1873 (recordemos que Emiliano había salido al encuentro de Corona la noche del 21, por lo que regresó el 22 a Tequila para enfrentar a los invasores), luego de una cruenta lucha, no hubo más opción para Lozada que la de retirarse.
Páginas de los diarios de entonces, así como de los posteriores libros escritos al respecto, dan cuenta del triunfo de los defensores de Tequila y la consiguiente derrota de Lozada en su intento por tomar y saquear la población (según la usanza de la época); es por ello que omitimos narrar lo que otros ya han hecho.
Hoy se rinde homenaje a Emiliano Rojas López, por sus méritos en aquellas difíciles circunstancias.
Luego de la derrota de Lozada en Tequila, éste continuó para Guadalajara... El tiempo que duró Lozada atacando Tequila y la resistencia de sus defensores, fueron factores que dieron tiempo a Corona para organizar la defensa de Guadalajara, enfrentándole entre el 28 y 29 del mismo mes de Enero de 1873 en un punto denominado como «La Mojonera». El triunfo fue para Corona; y Lozada retrocedió hasta Nayarit.
Pasado el tiempo, Guadalajara honró al General Ramón Corona con un monumento que primero se edificó sobre el Jardín de San Francisco (ver Figura 4), y después se reubicó sobre una glorieta en la «Calzada de la Independencia» (vía inaugurada para las Fiestas del Centenario en 1910), lugar donde permanece hasta la actualidad.
El General Ramón Corona, después de tan sonado triunfo, pasó a España como Enviado Especial y Ministro Plenipotenciario ante la Corte de Madrid (1874-1887), y a su regreso a México se desempeñó como Gobernador del Estado Libre y Soberano de Jalisco (1887-1889). Durante su mandato, nombró a Ricardo Lancaster-Jones (personaje a quien realmente representa la foto en la antes citada entrada biográfica publicada en Facebook sobre Emiliano Rojas y del que trata Gabriel Agraz en la página 23 de su ya mencionada obra) como Tesorero del Estado de Jalisco (1887-1888), y después le postuló para Presidente Municipal de la ciudad de Guadalajara, cargo que en efecto obtuvo mediante el triunfo electoral para los años de 1888 a 1891.
III B) Ricardo Lancaster-Jones, Tequila y el tequila
El retrato que erróneamente (de manera involuntaria) se ha publicado en la página de «Investigaciones Históricas de Tequila» es motivo de tratar un poco sobre la persona a quien en realidad representa, y de paso, su relación con Tequila y el tequila.
Biografía cronológica de Ricardo Lancaster-Jones (1831-1922):
• 1831 (13-Ago): Nacimiento - Guadalajara (Jalisco, México).
• 1831 (13-Sep): Bautismo - Sagrario Metropolitano de Guadalajara, con los nombres de Ricardo Archibaldo. Padrino: Capitán Joseph Mary (natural de Irlanda), entonces Director de la Casa de Moneda de Guadalajara. Madrina: María Josefa Jurado Gómez de Tamez (madre del futuro Gobernador de Jalisco, Dr. Pedro Tamés Jurado (1799-1846)).
Testigo: Dr. José Domingo Cumplido Rodríguez, Presbítero y Doctor en Teología, Cura de la Parroquia del Sagrario de Guadalajara.
• 1846: Comisionista en la Casa de Cambio de Enrique Blume en Guadalajara.
• 1848: Inmigración - San Francisco, California, Estados Unidos de América. Se trasladó a la Alta California en compañía de su padre, de su padrino el Capitán Joseph Mary, y del comerciante tapatío Justo Veytia Valencia (1822-1890).
• 1856 (7-Ago): Contador de la Dirección de Rentas del Estado de Jalisco.
• 1856 (3-Nov): Inspector Fiscal de la Feria de San Juan de los Lagos, Jalisco.
• 1857: Agente del diario «The Mexican Extraordinary» en Guadalajara (Jalisco).
• 1857 (4-May): Oficial Primero de la Dirección de Rentas del Estado de Jalisco (permaneció en dicho puesto hasta el 10 de Junio de 1857).
• 1858 (22-Ene): Jefe de la Aduana Marítima de Barra de Navidad (Jalisco).
• 1860: Establece la Sociedad Bancaria y Mercantil «McGoun & Jones» en asociación con los financieros escoceses Luis C. McGoun (Director de la Casa de Moneda de Guanajuato) y Archibaldo McGoun (Director de la Casa de Moneda de Zacatecas y representante de la «Anglo-Mexican Mint»).
• 1863 (03-Jun): Matrimonio con Francisca Mijares y Añorga, en el Templo del Convento de San Francisco de Guadalajara.
• 1864 (17-Dic): Secretario de la Guardia del Comercio de Guadalajara.
• 1869 (13-Ene): Catedrático de Lengua Inglesa en el «Liceo de Varones del Estado de Jalisco».
• 1876 (11-Feb): 5to. Munícipe de la ciudad de Guadalajara.
• 1883: Miembro Fundador de la «Cámara de Comercio de Guadalajara».
• 1883 (27-Ago): Comisionado de elaborar el Reglamento y Estatutos de la «Cámara de Comercio de Guadalajara».
• 1883-1884: Director de la Lotería del Estado de Jalisco.
• 1887-1888: Tesorero del Estado de Jalisco.
• 1887: Regidor Propietario del Ayuntamiento de Guadalajara.
• 1888: Compra la Hacienda de «La Venta del Astillero» (Zapopan, Jalisco).
• 1888-1891: Presidente Municipal de Guadalajara.
• 1889 (13 de mayo): Comisionado del Teatro Degollado.
• 1894: Retrato en escultura por Pantaleón Panduro (San Pedro Tlaquepaque, Jalisco).
• 1901 (10-Dic): Presidente del «Casino Jalisciense».
• 1902-1905: Presidente Municipal de Guadalajara.
• 1911: Venta de la Hacienda de «La Venta del Astillero» (Zapopan, Jalisco).
• 1911: Compra la residencia de Enrique Tron Signoret (conocida como «Casa Tron») en la Ciudad de México (finca ubicada en la Calle del Eliseo #19).
• 1912 (21-Ene): Compra las haciendas de «Santa Cruz y El Cortijo» (Zapotiltic, Jalisco).
• 1922 (11-Abr): Reconocimiento de Ciudadanía Británica por el entonces Cónsul de Reino Unido en México Sir Norman King (1880-1963).
• 1922 (01-Jul): Muerte en su residencia de la Calle del Eliseo #19 de Ciudad de México.
• 1922 (02-Jul): Sepultura en el Panteón Francés de la Ciudad de México.
Diagrama II:
Ascendencia de Ricardo Lancaster-Jones (1831-1922).[9] |
Ricardo Lancaster-Jones fue nieto (ver Diagrama II) del notable pedagogo inglés José Lancaster (1778-1838), quien inventó un sistema educativo dirigido a las clases desfavorecidas y al que se denominó, indistintamente, como «Sistema Lancasteriano» (en honor a su fundador), «Sistema Británico» (en relación a su procedencia) o «Sistema Monitoral» (de acuerdo a la manera en que se ejerció), siendo la primer denominación la más popular entre las tres, y cuyo éxito consistió en dos vertientes: en primer lugar, se logró estandarizar la educación de manera que se pudiese impartir desde cualquier lugar y con un mínimo de recursos, por lo que un sólo profesor adiestrado bajo este sistema educativo, era capaz de enseñar a mil alumnos; siendo así, que pronto se extendió el «Sistema Lancasteriano» por los cinco continentes, gracias a lo cual, miles de niños de las clases menos privilegiadas, recibieron instrucción elemental durante buena parte del Siglo XIX; y en segundo lugar –tan importante como la primer vertiente– se estableció la escuela de profesores, en la cual, bajo la Norma del Método Lancasteriano, se enseñó a los alumnos aventajados que así quisieran desempeñarse como profesores; siendo esta estandarización en la enseñanza de los aspirantes a maestros, el origen de las «Escuelas Normales» de nuestros días.[10]
Por diversos documentos hoy podemos saber que Ricardo Lancaster-Jones también tuvo casa en la ciudad de Tequila (que fue elevada de «villa» a «ciudad» por Decreto del Congreso del Estado de Jalisco en 9 de Enero de 1874 en atención a la defensa heroica que sus pobladores hicieron durante el ataque de Lozada), a donde viajaba con su familia en temporadas de asueto.
Existe numerosa correspondencia de su esposa Francisca Mijares y Añorga de Lancaster-Jones enviada a su marido, desde Tequila, en la que se narran las variadas situaciones del acontecer cotidiano en aquella población durante la década de 1880 a 1890 (ver la Figura 5).
Ricardo Lancaster-Jones se involucró en la producción y venta del entonces llamado vino mezcal debido a la adquisición de la Hacienda de «La Venta del Astillero» (Zapopan, Jalisco), donde se sembraba aquél famoso maguey (agave azul) del que Clavijero describe sus importantes propiedades en su «Storia della California» (1788); lugar donde, además, se contaba con una taberna debidamente acondicionada para ejercer el debido proceso que –aún hoy– convierte el elíxir de esta planta tan especial en la bebida que, entonces –como ya se ha explicado– se denominó como vino mezcal (hoy tequila), y que, luego de la pacificación nacional, comenzó a extender sus fronteras comerciales de manera exponencial.
Y no es de extrañar lo anterior, ya que «La Venta del Astillero» se halla estratégicamente ubicada en el «Camino Real» que conduce desde Tequila a Guadalajara; una ruta que, como ya se ha mencionado, era un importante corredor económico-comercial que iba desde San Blas a la capital jalisciense.
«La Venta del Astillero» debe su nombre a que en sus tierras se producía leña para el consumo de la ciudad de Guadalajara (por eso el nombre de «Astillero»). También podemos comentar que, al ser una «Venta», tenía las funciones de: aduana (había oficinas del gobierno donde se pagaban los impuestos de las mercancías que ingresaban a Guadalajara y un destacamento armado para asistir a los viajeros en caso de necesidad), hotel (los viajeros podían dormir para continuar al día siguiente), mesón (se servían diferentes alimentos a los viajeros), y además, ofrecía todos los servicios para reparación y mantenimiento de los carruajes así como de los animales (caballos y mulas) que les acompañaban.
Mil historias se pueden narrar respecto de aquella finca rural, de los bandidos que asolaban la región, asaltando a los viajeros y a las conductas de bienes muebles y/o monedas de cuño legal (hay un lugar específico del camino que entonces se denominaba como «La Ratonera» pues por sus características era el punto ideal para que los asaltantes dieran rienda suelta a sus fechorías); igualmente abundan las leyendas de tesoros enterrados en las tierras de aquella hacienda, muchos de los cuales eran productos de actividades ilícitas y que por alguna circunstancia, nunca pudieron ser desenterrados...
Hoy día, la Casa Grande de la Hacienda de «La Venta del Astillero» es la sede de la tequilera «Arco de Oro»[11] y que en su nombre lleva la vívida memoria del arco que da acceso a la finca (ver Figura 5), en cuyo vértice superior se halla un monolito con las siglas «Carlos IIII» (Carlos IV de Borbón) en memoria de que durante el reinado de este monarca se erigió aquélla hacienda como «Venta», quedando desde entonces en la ruta oficial del Camino Real desde San Blas a Guadalajara, a través del camino por Tepic y Tequila (de hecho «La Venta» era la última parada antes de llegar a Guadalajara, por esta razón, se estableció allí una de las aduanas de la entonces capital neogallega).
Resulta interesante que aquél arco ha sido la imagen corporativa de la hacienda desde el último lustro del Siglo XIX, ya que, se puede observar que, en el papel membretado de la misma, el nombre «HACIENDA DEL ASTILLERO.», tipográficamente hablando, se encuentra colocado a través de una curva, a manera de arco, debajo del cual, va la leyenda «Gran Fábrica de Vino Mezcal.» Finalmente, el membrete lleva –cual basamento– la ubicación geográfica de la misma: «ESTADO DE JALISCO. / MEXICO.» (ver Figura 7).
Figura 7:
Membrete de la «HACIENDA DEL ASTILLERO / Gran Fábrica de Vino Mezcal» en una hoja personalizada cuando fue propiedad de Ricardo Lancaster-Jones, carta de 1898 (colección particular).
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Representante y distribuidor del tequila producido en «La Venta del Astillero» en la Ciudad de México fue un cuñado del mismo Ricardo Lancaster-Jones, José María Mijares y Añorga, quien por su parte, había casado con la hija del importante industrial textil queretano Cayetano Rubio.
El clímax en las ventas de vino mezcal de la «La Venta del Astillero» se logró por la intervención de un hermano de Ricardo, el abogado Alfonso Lancaster-Jones (1841-1903), representante para México de la casa bancaria «Wells Fargo» y quien desde joven, siendo estudiante de leyes, abrazó las ideas republicanas, participando al lado de su hermano Adolfo Lancaster-Jones (entonces estudiante de medicina y quien falleció heroicamente en 1867 al lado del general republicano Anacleto Herrera y Cairo en la acción de «La Quemada»), en la defensa de la soberanía nacional, luchando contra el invasor francés en diversas funciones militares. Al triunfo de la República, Alfonso Lancaster-Jones se involucró en la política, destacando a nivel nacional como Senador, Gobernador del Distrito Federal y más tarde, Ministro Plenipotenciario de México ante la Corte de St. James, en Londres, Inglaterra.
Precisamente de esta época ha sobrevivido una interesante carta, de 1902, escrita por Alfonso a su hermano Ricardo, y en donde le comenta que las botellas de tequila de la «Hacienda del Astillero» que llevó consigo a Reino Unido fueron servidas en un banquete mexicano, causando un «sabor exótico al paladar europeo».[12]
La Hacienda de «La Venta del Astillero» (Zapopan)
por Jim Cook
(versión en español por RALPyLJ)
En 1888, los betlemitas vendieron la hacienda a Ricardo Lancaster-Jones (1831-1922), un banquero y empresario británico-mexicano que más tarde se convirtió en alcalde de Guadalajara y Tesorero del Estado de Jalisco. La familia Lancaster-Jones fue una de los hacendados más destacados durante la dictadura de Porfirio Díaz. Cuando compró la propiedad, la hacienda estaba completamente inventariada, dándonos una instantánea de La Venta del Astillero en ese momento. Poseía 39,036 acres [(15,797.309 hectáreas)] de pastizales para ganado y caballos, así como buenas tierras para el cultivo de maíz, frijoles, cebada, trigo y maguey. También había una pequeña fábrica para destilar el maguey en tequila. Cerca había manantiales de agua termal para socorro de personas enfermas.[13]
RALPyLJ
Notas:
[3] Agraz García de Alba, Gabriel; «Quienes resistieron al sanguinario Tigre de Álica en Tequila...», edición del autor, 1997, p. 23.
[6] López-Portillo y Lancaster-Jones, Rodrigo-Alonso; «The Genealogy and Heraldry of the Oldest Tequila Company in the World», en: «Genealogica et Heraldica», Tomo II, XXVII International Congress of Genealogical and Heraldic Sciences, The Heraldry Society of Scotland and The Scottish Genealogy Society, St Andrews, 2008.
[7] Ibídem
[8] Ibíd.
[8] Ibíd.
[9] https://gw.geneanet.org/sanchiz_w?lang=es&pz=mauricio&nz=olivares+mendez&p=ricardo&n=lancaster+jones
[10] López-Portillo y Lancaster-Jones, Rodrigo-Alonso; «La Revolución en la Educación: el Sistema Lancasteriano», en: «Memoria», Tomo III, «Sexto Encuentro Nacional y Segundo Internacional de la Historia de la Educación», Instituto Cultural Cabañas – Secretaría de Cultura – Gobierno del Estado de Jalisco, 1996.
[12] Total Prestige Magazine staff, «Tequila, a Royal Princess and George Clooney», Total Prestige Magazine, No. 45, Londres, Verano 2012, pp. 38-41.